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TOKIO (PARTE I)

Una de las ciudades más fascinantes que me tocó visitar.

Resulta que un día, literalmente dimos media vuelta al mundo y llegamos a Tokio.
Es una ciudad que me deslumbró por su marcado contraste entre tradición e innovación. Por un lado, templos y santuarios; por el otro, enormes edificios y luminosas marquesinas. El pasado se hace presente en las tan arraigadas costumbres; el futuro se muestra con el marcado desarrollo tecnológico.

Lo primero que uno piensa es "no voy a entender el idioma", pero nosotros tuvimos la suerte de tener una guía (hoy amiga) que habla muy bien español. Kumiko fue nuestro nexo imprescindible con la ciudad.
Nos hospedamos en Keio Plaza Hotel, en el barrio de Shinjuku (centro administrativo y comercial). 
La verdad que muy lindo, además de cómodo, y súper recomendable.



  



En cuanto a las comidas, nos arreglamos muy bien ya que nos gusta probar de todo y conocer sabores nuevos. Al llegar a un lugar para comer no hay que alarmarse! muchos tienen los platos representados con imágenes, lo que hace más fácil entender qué es lo que se está ofreciendo.






No podíamos estar en Tokio sin probar el verdadero sushi! así que nos dispusimos a ir a un lugar típico con gente en su mayoría nativa, es decir que no estaba "armado para turistas". 

El sistema del lugar es el siguiente: todos están sentados en torno a una especie de "barra" o "isla" en donde en el centro se sitúan los cocineros o "sushiman". Los platos con comidas van girando sobre una cinta y la gente se agarra los que quiere a medida que va comiendo. Al finalizar se cuenta la cantidad de platos vacíos que cada uno tiene y se les cobra el total de lo consumido.

Para beber, ahí mismo hay pequeñas "canillas" de té verde de las que cada persona se sirve a voluntad.

 















Un nuevo día nos llevó al Santuario Meiji Jingu, en Harajuku. 
Tras pasar el inmenso portal, caminamos aproximadamente 10 minutos entre enormes árboles hasta llegar al templo sintoísta Meiji . El Sintoísmo es la segunda religión con mayor número de fieles en Japón (antecedida por el Budismo). 





El templo es discreto y austero, pero súper atractivo y hasta tuvimos la suerte de presenciar una boda!




También visitamos un templo budista: el Senso-ji, en Asakusa. Este es el templo más viejo de la ciudad. Allí la gente se purifica con incienso para luego hacer una oración. Este hermoso conjunto de edificios se destaca entre la modernidad que lo rodea.







Sin dudas esta ciudad es atractiva por su enorme historia cultural que muchas veces se ve reflejada en la arquitectura. Sin embargo, la modernidad también puso su impronta en originales edificios. Esto merece un post aparte. 

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